Es el retorno del contenido del estómago al esófago y en algunas ocasiones a boca o nariz. Es muy común en los recién nacidos y en la mayoría se resuelve por sí solo con el tiempo, a estos niños se les conoce algunas veces como “regurgitador o vomitador feliz” ya que duermen y comen bien y aumentan de peso adecuadamente, es decir, se ven contentos y saludables. Sin embargo, hay ocasiones en que el reflujo se asocia con otros síntomas a lo que llamamos enfermedad por reflujo gastroesofágico.
La consulta con un especialista, es indispensable para el correcto diagnóstico y tratamiento del reflujo gastroesofágico en los niños.
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Si presenta estos u otros síntomas como vómitos con esfuerzo, de color verde o con sangre es necesario ser valorado por un especialista.
Lo primero es ser evaluado por un especialista que le hará preguntas y realizará un examen físico a su hijo. La mayoría de las veces no es necesario ningún estudio especializado en el reflujo, pero si la vigilancia estrecha por el especialista, sin embargo, en algunos casos en la enfermedad por reflujo gastroesofágico son necesarios estudios radiológicos, endoscopia, medición de la acidez del esófago (Phmetria), u otros métodos complementarios.
Pueden ser útiles algunas medidas como mantener a su hijo en una posición más erguida después de la alimentación, evitar la alimentación en exceso, limitar el tiempo de juego activo después de la alimentación, orientación dietética y en algunas ocasiones medicamentos, los cuales deben ser prescritos por el especialista.
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